jueves, 18 de julio de 2013

Rompecabezas (fragmento)


Me quedé sin ideas, escribió el narrador, yo también pensé durante horas interrumpidas y abruptas la posibilidad de entregarme o sucumbir al ridículo.  Hay golpes en la vida, yo no sé, como del oído de dios. He buscado vías diferentes y menos explícitas que las que con frecuencia, pero no he podido o pude poco. Mi naturaleza se detenta banal. Dirá el lector o quien me descifra que menos desafíos hay en un cuento de Kafka, o los hay más en un tweet de la presidenta. No ejercí, lo confieso, el arte narrativo como quien hubiera debido. Me llamaron narrador arbitrariamente por darme una voz, y no hubo advertencia ninguna de que yo nunca tuve condición semejante. No lo soy. Jamás he narrado entes un episodio, jamás he crecido. Olvidé los chistes, las gracias, los ademanes, los rostros. He configurado una aventura sin serlo yo, hice el mal sin pasión y fue imposible porque la maldad demanda estudio. Nunca he sabido ni practicado, las rutinas de la ciudad y el vaivén periódico hicieron de mí una minúscula e inane materia verbal. Me hicieron un imposible, una mala letra, algo incapaz de ser leído, indeseable, me obstruyeron, me han dado un basta fuerte. Confieso que falté a la lectura y la escucha atenta, que mi voz ha sido un vagar, que no practiqué el método, que no supe ser lo que quieren hoy que sea y de lo cual reniego.  Odio narrar, odio tener que ser la voz. Odio la licencia de ver sin ser tenido como amenaza, odio mi instancia, me detesto como rol, me rehúyo, no hay espejo en el cual verme y poder escupir, no hay excusa, ignoro la respuesta a una mirada errática y desconsolada que debo enfocar para describir con objetividad o con falta de anhelo, soy inútil para llegar al corazón, conmocionar, ser amado y recibido. Renuncio a la voz y al testimonio, quiero no haber sido para no deber a nadie la fortuna de haber visto y saber, quiero haber pasado sin ver el rumbo, como por un desagüe. Quiero soltar mi voz, no ser testigo, no ser palabra, no ser excusa, no ser consulta ni documento, no haber tenido que enfrentar la vida para no tener que rendir ahora cuenta de actos ajenos con tono de sarcasmo, denuncia, indignación o duda. Quiero sólo desvanecerme, escribir y que el humo corroiga mi caligrafía. Que nadie espere nada de mí, que no pueda yo esperar ni ser ni dejar de ser nada.

lunes, 15 de julio de 2013

Rompecabezas (fragmento)


Esa lacra de cristianos que se dicen, lo primero que hay que rejuntar todo y mandar al África en un container. Entre los leones. Entre otras cosas, creo que los primeros que deberían ser destinados son ellos. Después los políticos. Y viceversa. A la sociedad la aportan muy poco. Si hay algo que debiera decir en un manual del código civil es que a esos los destinen todos a los leones. O que los encierren y se mueran de hambre. Después que tiren los huesos a los leones o qué. A los trolos también. Punta de sinvergüenzas. Mi señora todo el santo día se queja de que le cagan en la vereda ¿Te imaginás la dimensión de puerqueza que es esa gente? No tienen código. Vos me entendés. Si lo mismo les da que le den o que le reciban.