sábado, 16 de agosto de 2014

Pero tomada por asalto

a ver si me entienden enfrente
tenemos una carnicería
(estamos)
en una carnicería
se venden piezas -a sí mismas- de carne
sacadas de cuerpos o pedazos
de cuerpos sacados de un degüello y una
meticulosa tarea de separación de pulpa caliente y viva y sensible
y sacado
el pellejo tendido como en mediasombra
cayendo gotitas de rocío colorante
hacia la calle abigarrada de cochecitos huecos
aunque también hay otro vacío sacado (el de las vísceras)
el de las entrañas del calor de la ceniza
al rojo vivo pálidas
y una mano es el oficio del cuchillo: siembra
hilitos de alambre y blancura herrumbre en las arterias
y un intrépido codo borra con la mano
y no hay culpa en la sangre y en sus botas de codo
blancas
unos injustos y secos moretones de salpicadura
esperan la salpicadura redentora
de un trapo suave y húmedo trapo
suave
y húmedo
(pero trapo)