jueves, 12 de mayo de 2016

No se cansa de esperar

Me abandonaste por una mujer en el mundo que lleva
un hijo tuyo en brazos
hiciste de mí una sombra errática
el rubor en las paredes anunciaba por ahí cercanos hierros
cerca
tuve desnudez y te vestía
hambre y bebiste de mi pecho
enfermedad y te llamé
no hubo un hueco con tu nombre y sí
tu corazón sujeto a mi falda
noches austeras que me tuviste colmándote y los alrededores eran el río y los árboles
el puente blanco y la floresta
los otros barquitos las raíces las armas

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