domingo, 3 de junio de 2018

Sy

que una mañana cualquiera
como eran todas, ella
me raptaba sencillamente del sueño
índice y pulgar
la mano atenazada sobre el dedo mayor del pie
y cielo
mamá
con un gesto mínimo y perenne
me hilaba al mundo
con el cordón de su brazo
cielo
me raptaba del teorema
confuso
de la nebulosa continua
me invocaba en una voz
evocaba con un signo
cielo
mi regreso
y yo, ya senil o cercenado
tendré décadas hachazos sobre los hombros
y aunque el cuerpo a tierra,
derrotado:
cielo


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