sábado, 19 de julio de 2014

A una paloma en el tanque de agua

Tu periférica vellosidad emana calambres
y me derrite (digo me liquida)
hay una intención secreta en saberte muda gallina o corifea ululante
quizá en un sueño clueca o acariciándonos sin calma
mientras en un secreto límite del tejido
me sienta arrinconado por el mandato de un capo y su jauría
yo apenas un peatón inválido y él patota piriforme
yo apenas el continente de un puntazo cuya pica me muere

antes de la hora finiquital
quiero que sepas que no tengo violencia contenida
sólo una manera floja de tambalear entre el barro
donde huyendo de la luz
refugiadas formaciones umbilicales viborean como cerdas yeguarizas
y son para mi constitución lumínica una lámpara vivaz
nadie garpa la luz (por eso la huida)
pero yo pretendo hallar la fe entre el abono y la materia corroída
y sin embargo el aliento de tu pelo antes gorjea bajo mis dedos
y tu pico entre las alas me otorga cosquillas y liendres

imploro a la vasta lejanía que tus ojos me fulminen
y en la imaginería de una nube deguste ofertas en calaveras y hortalizas
la siembra de ratas vivas y muertas por ahí en la guerra
y tú, aún así, alada
tu vuelo torpe huyendo de los escombros y las bolitas de vidrio
hacia donde fuere ante el ruido
y feroces madejas enanas robándote la melodía empollada en tu vientre
para devorarla un día cualquiera o fingirse ciencia dándote al gato ya exánime
que ensarta tu sangre informe al nefasto que civil fuere
mientras el agua en la vasija te arrulla una elegía
y un olvidado mitaisito se extirpa cascotes de las orejas.

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